3 nov 2013

Google I/O 2011: Kick-Ass Game Programming with Google Web Toolkit

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25 ago 2013

18 jul 2013

EL YOGHURT

La llave maestra para una buena alimentación

Debby Blachman (Ingeniería en alimentos, UAM)

Que tu alimento sea tu medicina
Hipócrates


El yoghurt es un alimento que ha acompañado al hombre a través de la historia, y ya era conocido desde los tiempos bíblicos. Se desconoce exactamente cuando se originó o quién fue el protagonista de su descubrimiento; únicamente se sabe que tuvo su origen en el Medio Oriente. El Historiador griego Herodoto (siglo V a.C.) escribió acerca del yoghurt, y Marco Polo describe cómo los mongoles hervían su leche dejándola fermentar hasta convertirse en una bebida acidificada.

El yoghurt ha experimentado una fantástica explosión de popularidad en los últimos años, en que se ha convertido en uno de los alimentos de mayor difusión. A partir de los años sesentas, el yoghurt se conforma como parte de la dieta habitual de los norteamericanos.

La leche fermentada ha sido preparada y consumida por diversos pueblos de Europa Oriental y del Asia desde tiempos inmemoriales; los habitantes del Cáucaso se valen del kefir, un fermento que tiene la forma de una pequeña coliflor, para obtener de la leche de yegua o de vaca la bebida del mismo nombre. Los nativos del sureste de Siberia elaboran con leche de yegua el kumis, bebida semejante al kefir. En Egipto transforman la leche de búfalo, cabra y vaca en un alimento llamado leben, y por último, los europeos obtuvieron el yoghurt a partir de leche de vaca, cabra u oveja, transformada por el lactobacilo búlgaro, que tradicionalmente se consumía en Hungría y lo elevaron a la categoría de panacea alimentaria: "bueno para todo y para todos".

El yoghurt proviene de la fermentación de la leche, producida por dos microorganismos: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophillus, obteniéndose así un producto con aroma y textura característicos. Durante el proceso de fermentación, el azúcar natural de la leche (lactosa) es convertido a un compuesto llamado ácido láctico.

El yoghurt es producido a partir de leche entera, o parcial o totalmente descremada, tratada térmicamente o coagulada biológicamente por los fermentos lácteos.

La calidad nutricional del yoghurt puede considerarse "adecuada", debido al contenido de nutrientes que éste presenta. El valor biológico de las proteínas de la leche aumenta en el yoghurt por la predigestión bacteriana que existe en el proceso de su fabricación, por lo que la digestibilidad de las proteínas es mejor.

Algunos autores han descubierto que el yoghurt es una fuente rica en vitaminas y minerales, mientras que otros, por el contrario, encuentran un descenso de éstos y aquellas durante su elaboración. El contenido de ácido fólico y niacina se incrementa, y en general los niveles de vitaminas se ven influidos por diversos factores, tales como el contenido original de leche, el tratamiento térmico al que se somete, la producción y utilización de los cultivos iniciadores y por el almacenamiento del yoghurt. su contenido graso es bajo, varía en un rango del 0.5 al 3.0%.

Debido a la composición nutricional del yoghurt, se le han conferido atributos de un "alimento milagroso". Desde luego que no es un alimento mágico, sino que más bien puede formar parte de una dieta balanceada. Sin embargo, ha sido empleado en algunos padecimientos como artritis, hepatitis, migraña, colitis, cálculos renales, quemaduras solares y úlceras estomacales, entre otros.

Muchos médicos y nutriólogos naturistas consideran que la flora intestinal es la llave maestra de la buena salud, que se propicia cuando existe un predominio de las bacterias benéficas sobre las dañinas. Ellos mencionan que el acierto de una dieta bien balanceada es tomar aquellos alimentos que ayudan a la proliferación de dichas bacterias. Los estudios sobre el yoghurt han probado que ese sencillo producto de leche fermentada puede realizar esta tarea. El resultado es que los males intestinales, como la constipación, diarrea e indigestión, entre otros, que provocan falta de energía pueden ser prevenidos y aliviados por el yoghurt.

El dr. Seneca, de la Universidad de Columbia, después de haber realizado un estudio sobre los efectos del yoghurt, confirma que restaura la flora intestinal y contiene la composición nutricional adecuada para el manejo de problemas gastrointestinales.

El yoghurt es particularmente bueno para la gente de edad avanzada, porque muchas personas después de los 40 años de edad sufren desordenes digestivos, por lo que les es difícil digerir bien la leche, por ser intolerantes  la lactosa; el organismo no produce entonces la encima necesaria para poder digerir este compuesto, lo que provoca inflamación estomacal, dolor, flatulencia y, en algunos casos severos, diarrea; el consumir yoghurt evita todos estos padecimientos. El yoghurt tiene muy bajo contenido de lactosa, así que puede ser digerido con más facilidad y rapidez.

Debido a su textura y sabor característicos, existe una gran versatilidad en su aplicación culinaria, como en sopas, aperitivos, ensaladas, panes, galletas, etc. A continuación damos tres recetas, de las muchas que hay donde el yoghurt aparece.

Reconstituyente de la mañana

Ingredientes:

1 taza de yoghurt natural
2 cucharadas de germen de trigo
1 huevo
2 cucharadas de azúcar morena o miel
2 cucharadas de cualquier jugo de fruta concentrada

Preparación:

Bata todos los ingredientes en la licuadora y refrigere antes de servir.

Ensalada de atún

Ingredientes:

1 lata de atún sin el líquido
1 taza de queso cotage
1/2 taza de chícharos cocidos
1 pizca de albahca
2 cucharadas de yoghurt

Preparación:

Mezcle todos los ingredientes y sirva.

Panecillos de yoghurt

Ingredientes:

1 taza de harina de trigo integral
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de polvo para hornear
1/4 de leche en polvo
1 taza de salvado
1 taza de germen de trigo
2 huevos batidos
1 taza de miel
1 cucharada de raspadura de cáscara de naranja
2 cucharadas de aceite de girasol
1/2 taza de pasitas
1/2 taza de nueces picadas
1 taza de yoghurt natural

Preparación:

Mezcle la sal, harina, el polvo de hornear y la leche en un recipiente, agregue el resto de los ingredientes e incorpore perfectamente. Vierta la mezcla en moldes de panecillos, llenando dos terceras partes. Caliente el horno a 190° C, horneé durante 15 a 20 minutos, hasta que se dore la superficie de los panecillos. Rinde 12 porciones.


Para cualquier tipo de alimentación puede incorporarse el yoghurt. Con un poco de creatividad puede utilizarlo en algunos platillos, por ejemplo: utilízalo en lugar de mayonesa, sustituirlo por crema en la preparación de platillos salados y como dulce en postres. Puede utilizarse como base en la preparación de aderezos para ensaladas, y también para elaborar gelatinas a base de yoghurt y frutas naturales. Es buen complemento para un desayuno a base de frutas y miel. El yoghurt puede considerarse como alimento principal en la conformación de un plan de alimentación sano, balanceado y nutritivo.

Memoranda, Revista de la Subdirección General de Servicios Sociales y Culturales del ISSSTE, México. Año VIII - número 48, mayo-junio de 1997.