28 ago 2011
21 ago 2011
Las rocas de Moeraki
Las rocas de Moeraki son un grupo de rocas esféricas de grandes dimensiones, que se encuentran a lo largo de la playa de Koekohe, cerca de Moeraki, Hampden, Nueva Zelanda. Las leyendas de origen maorí, sobre estas enormes bolas de roca son diversas, cuentan que fueron calabazas, cestas de pesca tras el naufragio de una canoa llamada Arai te uru protagonista de muchas leyendas, lo cierto es que su origen es mucho más antiguo. Moeraki significa día de sueño.
Estas formaciones se crearon por la compactación del barro (lodo y arcilla) de la “formación Moeraki” en el Pleistoceno. Las rocas comenzaron a formarse en el lecho marino, cerca de la superficie (hecho demostrado por los posteriores estudios que ponen de manifiesto cierto contenido en hierro, magnesio e isotopos estables de oxígeno y carbono, y por tanto su origen marino). La forma esférica de las rocas indica que la fuente calcio de la que se enriquecieron era a través de masas con alto contenido en calcio y no debido a las corrientes marinas (su forma hubiese sido completamente diferente).
Las rocas de Moeraki son un tipo de roca sedimentaria en el que un mineral actúa como “cemento” rellenando la porosidad del primero, es decir, a porosidad de la roca sedimentaria queda anulada por efecto de este mineral. En general las rocas de este tipo, “concretion”, suelen ser esféricas y durante los primeros estudios realizados sobre ellas, se creyó que se podía tratar de huevos de dinosaurio. En un análisis pormenorizado de estas rocas su composición microscópica determina que las rocas de Moeraki están compuestas por barro, limo y arcilla finos, y el material que actúa como cemento es la calcita. El grado de dureza y compactación varía desde el interior al exterior: blando en el interior, duro en la corteza exterior, encontrándose la mayor parte de la calcita (cemento) en la corteza exterior.
Éstas presentan unas acusadas grietas exteriores, denominadas “septaria” que se radian como una onda desde el centro de la esfera hasta la corteza en la superficie. Esto indica que el centro de la roca está vacío únicamente con algunos cristales de calcita escalenos, de forma que el proceso de ruptura sintomatizado a través de la septaria comienza a producirse. La calcita interior es marrón oscuro y la exterior amarilla, a medida que la roca vaya rompiendo el color va variando precisamente del marrón oscuro inicial (primeras etapas) al amarillo final (etapa madura). Las rocas mayores de 2m de diámetro probablemente se formaron en 4 o 5,5 millones de años con aproximadamente una capa de 10 a 50m de lodo marino acumulado sobre ellas. Milenios después comienza el proceso de excavación en que el mar, a base de movimiento excava el fondo marino, y retrocede, dejando a la vista estas formaciones.
Las rocas se conservan intactas debido a su composición, es decir el cemento que rellena los poros de la roca sedimentaria, la endurece de tal forma que la erosión no le afecta. Las rocas que no fueron todavía barridas y sacadas a la luz por el mar pueden verse en los acantilados cercanos y son conocidas como las rocas Koutu (Koutu Boulders) y las rocas Katiki (Katiki Boulders), éstas últimas a diferencia del resto pueden contener restos animales.
Las rocas fueron descubiertas por los colones en 1848, tiempo del que se conservan los dibujos de W.B.D. Mantell. Estas formaciones no son únicas en Nueva Zelanda, sino que existen en otras partes del mindo, como las formasciones esféricas de tres metros en el Cannonball river en Dakota del Norte; las esferas calizas de 4 a 6m de diámetro al noroeste de Utah y Wyoming, así como las formaciones de Rock City en el condado de Ottawa, Kansas; o las Kettles (sartenes) del Lago Hurón en Ontario.
20 ago 2011
19 ago 2011
Espinosa logró oro en 10 metros y ratificó título en la Universiada
http://www.cdn.com.mx/archivos/deportes/ago11/19/oro.htm
¿Cuál es el animal más fuerte del mundo?
Siguiendo la línea de ¿Cuál es el animal más difícil de matar del mundo?, ahora toca el que está considerado el animal más fuerte del mundo. No es un elefante, ni tampoco una cucaracha; ni siquiera es David el gnomo. Es un animal que sólo mide un milímetro.
Es una especie de crustáceos maxilópodos muy pequeños que abundan en agua dulce y salada y que, a la sazón, también está considerado uno de los animales más rápidos del mundo.
Se trata de los copépodos.
Los copépodos son (en proporción a su tamaño) de entre 10 a 30 veces más fuertes que cualquier otro animal en el reino animal.
Se conocen unas 12.000 especies. La gran mayoría nada libremente; sin embargo algunas especies se han convertido en parásitas.
Su sistema de extremidades que vibran creando una especie de minicorriente le permite nadar de forma continua. Ello evita que los copépodos sientan fatiga.
Vía | Alt1040
Cuando la Física analiza los fenómenos sociales
Los fenómenos que se dan lugar entre los átomos y las moléculas tienen también lugar en las redes que se establecen entre las personas, produciéndose en ocasiones fenómenos sociales emergentes, como el 15M o las revueltas de Londres, que ciencias como la Física pueden ayudar a entender.
Así lo asegura Maximino San Miguel Ruibal, de la Universidad de las Islas Baleares, considerado un referente internacional en Física Estadística y que fue galardonado con la medalla de la Real Sociedad de Física Española y la Fundación BBVA.
San Miguel, físico estadístico, hace tiempo que estudia comportamientos sociales bajo los mismos ojos que utiliza para entender la física de partículas y en sus conclusiones, asegura que:
podrían ser de gran utilidad para que los políticos entiendan que hay fenómenos que aparecen en la sociedad de forma emergente, sin que nadie las provoque por detrás
En los últimos trabajos desarrollados con su equipo, el catedrático ha constatado que, al igual que un átomo es igual a otro en un proceso de magnetismo o en otro de congelación del agua al bajar la temperatura, en los fenómenos sociales la psicología individual no es relevante.
Como físicos intentamos estudiar procesos colectivos y fenómenos emergentes por la interacción de muchos nodos y al final el todo es más que la suma de las partes. Es el mismo caso que los movimientos en cascada en el norte de África o las convocatorias a manifestaciones por móviles y redes sociales. No las convoca nadie en concreto. Es un sistema aislado que se autoorganiza. Un mensaje externo, lo polarizaría
Afirmaba San Miguel días antes de que se extendieran las concentraciones de la plataforma Democracia Real Ya!.
El investigador recordaba a Robert Axelrod, un matemático asesor de Bill Clinton, que propuso que para que interaccionen dos personas deben tener cosas en común y que fruto de esa relación dentro de una red se volverán más parecidas.
Si este fenómeno fuera así, al final se llegaría a la uniformidad cultural global. Sin embargo, existe la polarización, la diversidad cultural.
Fruto de los modelos informáticos, los físicos observaron que cuantos más rasgos culturales se permiten dentro de un grupo, más fácil es la coexistencia de diferentes valores culturales. En cambio, a menos rasgos, más uniformidad.
Uno de los fenómenos que ha aportado a este esquema el equipo de San Miguel es el de la ‘coevolución‘ en las redes de personas:
Las partículas físicas no cambian por la retroalimentación de un fenómeno que emerge, los átomos siguen siendo iguales; pero en la sociedad nos adaptamos y cambiamos. Con estudios de sms o correos electrónicos se han visto como funcionan los enlaces entre comunidades
La coevolución tiene en cuenta que interaccionamos con los vecinos o los más afines, pero también que podemos romper en enlace y buscar otros compañeros sociales, llegando a crear una red diferente.
El investigador también analizó lo que ocurre cuando en un sistema interfieren factores externos, como los medios de comunicación de masas o agentes políticos:
Si envías un mensaje radical, lo escuchará la gente más cercana a ese mensaje, pero provocarás rechazo del resto, polarizarás. Por ello en periodos electorales, los candidatos suavizan sus eslóganes
Otro análisis que hizo bajo la perspectiva de la Física fue sobre los roles de las personas.
Por una parte están los líderes, que no son ni más listos ni más tontos, sino los que más interacciones sociales tienen con sus entornos, y por tanto son más cooperantes. Por otra los conformistas, que cooperan, pero no gana mucho con ello. Y por último los explotadores, que hacen los que les interesa en el ámbito individual y sacan un gran provecho de ello.
Los políticos no tienen interés en estos análisis. Es un desafío. Hoy, lo que menos entendemos es como funciona el comportamiento colectivo y es un tema en el que los físicos no podemos aportar las leyes, pero si una actitud, una pasión por entender lo que no se entiende y una gran capacidad crítica
Concluye.
Vía | EFE
¿Cuál es la distancia "real" que hay entre la Tierra y la Luna?
Hemos leído tantas veces la distancia que existe entre la Tierra y la Luna (384,403 km) que un poco ha pasado como cuando repetimos demasiado una palabra como “cuchara”. Probadlo. Cuchara, cuchara, cuchara, cuchara, cuchara, cuchara… al final la palabra deja de tener una asociación clara con el objeto cuchara. Más bien parece una palabra inventada que no significa nada. Una palabra rara y poco eufónica.
Cuando leemos varias veces 384,403 kilómetros ocurre algo similar. Sí, son muchos kilómetros. Muchísimos. Pero nuestro cerebro no es capaz de entender de verdad la magnitud de esa distancia. A esto contribuye que, la mayoría de veces, cuando vemos una imagen donde aparece la Tierra y la Luna están más cerca de lo que realmente están por problemas de espacio. Por eso he encabezado esta entrada con una foto a escala: nada que ver con las imágenes que estamos acostumbrados a contemplar.
En el siguiente vídeo se hace una pequeña prueba para demostrar cómo la gente es incapaz de asimilar la distancia existente entre la Tierra y la Luna y cuál es la razón. Y ahora… imaginad el problema que supone asimilar las distancias entre otros planetas del Sistema Solar, otros sistemas, otras galaxias e, incluso, otros cúmulos globulares. Para empezar a haceros una idea, podéis volver a usar aquella infografía interactiva al estilo de Potencias de 10 de la que os hablé en La escala del Universo interactiva
Vía | Refugio Antiaéreo
Sitio Oficial | Scale of the Universe
¿Dónde aprende el ser humano a caminar?
Las praderas abundaban en la cuna de la humanidad, al Este de África, mucho más de lo que se pensaba. Un nuevo estudio refuerza la idea de que el aumento de este tipo de paisaje está relacionado con la evolución humana.
De acuerdo con la llamada “hipótesis de la Sabana“, el cambio gradual de los densos pastizales ayudó a impulsar el bipedismo, el aumento de tamaño del cerebro y otros rasgos específicamente humanos.
Enunciada por primera vez en la década de 1920, esta hipótesis sugiere que nuestros antepasados más antiguos aprendieron a caminar sobre dos pies, en parte, al erguirse por encima de la hierba en busca de presas.
No conformándose con arrancar la fruta de los árboles, se convirtieron en cazadores astutos, desplazándose largas distancias para poder sobrevivir.
Esta idea fue debatida durante varias décadas, sin embargo, algunos científicos creen que fueron otras las razones que condujeron al ser humano asumir una postura firme.
Otros estudios afirman que los paisajes de las regiones más ricas en fósiles de homínidos (el valle de Awash y la cuenca del Omo, ambos en Etiopía), eran en realidad bastante frondosos.
Por ejemplo, una de las especies de homínidos más completo hasta ahora descubierta, el Ardipithecus ramidus, pudo haber vivido en el interior de los bosques.
El nuevo estudio publicado en la revista Nature, ofrece evidencias de que las sabanas (con una cubierta forestal limitada), se remontan más allá de los cinco millones de años que pensábamos y además eran las zonas donde preferentemente habitaban nuestros antepasados.
Siempre que nos encontrábamos con “ancestros humanos”, encontrábamos a su vez evidencias de hábitats similares a las sabanas e incluso mucho más abiertos
Dice el Dr. Thure Cerling, profesor de la Universidad de Utah e investigador principal del estudio.
Combinando el análisis de las muestras del suelo con fotos-satélite de regiones tropicales de todo el mundo, los investigadores pudieron crear cronologías de la vegetación de las regiones de origen de muchos de los fósiles homínidos, incluyendo Ardipithecus, Australopithecus, Paranthropus y nuestro propio género Homo .
Durante los últimos 7,4 millones de años, la cobertura leñosa ha oscilado entre el 75% y 5%.
Hoy en día, muchos científicos creen que el Este de África estaba cubierto de bosques hasta hace dos millones de años, por lo menos.
Este estudio muestra que durante el desarrollo del bipedismo, alrededor de cuatro millones de años, estas condiciones estuvieron presentes e incluso eran predominantes
Concluye Cerling.
Vía | ABC Science
La triste realidad de los mercados financieros
El ciudadano de la calle ha empezado a escuchar, pero no a entender, que países soberanos como Grecia, Portugal e Irlanda están en suspensión de pagos y necesitan unos “rescates” millonarios para intentar salir de la situación. Lógicamente, los ajustes que exigen esos “rescates” se traducen en subidas de impuestos, despidos de funcionarios, y duros recortes sociales –menos dinero para educación, salud, pensiones, cobertura de paro, etc.- Todo ello supone un coste humano muy fuerte para la mayor parte de la población: más paro, menos renta y menos capacidad de consumo.
Ante esta situación que no solamente afecta a los tres países señalados, sino que en mayor o menor medida esas políticas de ajuste se aplican en toda la Unión Europea, el ciudadano se pregunta con insistencia: ¿por qué estamos así? ¿Tanto poder tienen esos mercados?
Respecto a la primera pregunta, caben al menos dos respuestas que vienen a explicar el enorme déficit público en el que han incurrido los países europeos (y también EE.UU.).
En primer lugar, es cierto que los gobiernos han gastado con excesiva alegría, y en algunos casos se ha derrochado dinero público en conceptos sin justificación, de escasa eficiencia, cuando no con fuertes dosis de fraude y corrupción.
En segundo lugar, no es menos cierto que los gobiernos han tenido que dedicar muchos millones de euros (o dólares) a sanear las entidades financieras que entraron en graves dificultades cuando estalló la crisis financiera en el verano de 2007. Las entidades financieras, a pesar de ser empresas privadas, no son empresas como las demás. Cuando una empresa, grande o pequeña, quiebra es, sin duda, un gran problema, pero ese gran problema se limita a los acreedores, a los proveedores y muy especialmente a los empleados que quedan en el paro. Indudablemente se produce un coste humano muy importante.
Pero cuando una entidad financiera tiene dificultades, no se le puede dejar caer, pues al ser el soporte de la política monetaria y sobre todo, al afectar a la confianza de todo el sistema, sus efectos irían mucho más allá de sus límites empresariales. De ahí que esté plenamente justificado el uso de recursos públicos en los casos de crisis bancaria. Otra cosa es bajo qué condiciones se procede a la intervención del banco central. Obviamente, para financiar esas enormes sumas de recursos, los Estados han tenido que salir a los mercados internacionales para canalizar los fondos hacia los bancos y cajas de ahorro en dificultades.
Estados y mercados financieros
De lo anterior se puede vislumbrar la contestación a la segunda pregunta: los Estados nacionales han pedido mucho dinero a los mercados financieros internacionales y poco a poco han situado a éstos en una posición de preponderancia respecto a ellos mismos. Eso es cierto, pero no es menos cierto que los agentes financieros (fondos de inversión, fondos de pensiones, bancos, hedge funds, etc.) que actúan en esos mercados internacionales, son los mismos que provocaron la enorme burbuja que, a su vez, propició las crisis que ahora estamos padeciendo.
Esos agentes, que en su día prestaron con excesiva alegría, y crearon las hipotecas basuras y otros activos tóxicos, son los mismos que ahora exigen a los Estados la puntual devolución de los fondos prestados y aplican elevados tipos de interés y altas primas de riesgo cuando aprecian que el Estado, es decir la sociedad, está en dificultades.
Cuando el estallido de la crisis obligó a reunirse al G-20 con el propósito de reformar los mercados financieros (e incluso, según afirmó el presidente Sarkozy, para reformar el propio sistema capitalista), parecía que se iba a atajar de raíz el problema. A muchos se nos despertó la esperanza de que de una vez por todas, se cambiara el sistema, se regularizasen los mercados financieros, se acabara de verdad con los paraísos fiscales, se controlara a las agencias de rating, se aplicasen tasas impositivas a los enormes beneficios obtenidos en los mercados especulativos, se pusiese límites a la burbuja financiera internacional…
Pero desgraciadamente, tres años después apenas se ha hecho nada en esas cumbres del G-20 y los agentes financieros que actúan en los mercados no solamente controlan las finanzas internacionales sin límite alguno, sino que, por primera vez en la historia, están adquiriendo más poder que los propios Estados democráticos y soberanos. Y todo ello con unos costes sociales que la economía oficial ni los considera ni siquiera se los plantea. Esa es la triste realidad de nuestros días.
(*) Catedrático de Economía Aplicada (Universidad de Sevilla), Joaquín Guzmán Cuevas es autor y/o coautor de 15 libros sobre Sistema Financiero, Pymes, Economía Andaluza, Economía Española, Economía Mundial y Economía-Etica, así como autor de más de 30 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales. Es asimismo editor del Blog Economía de Tendencias21.
Fringe: Crecimiento acelerado
Estoy empezando a ver la conocida serie Fringe. Solo llevo 3 episodios, y ya he visto 2 cosas muy llamativas, que merecen mencionarse en este blog. Hoy comentaré la primera de ellas, que ocurre en el segundo episodio de la primera temporada. Al principio del episodio, una pobre chica se queda embarazada y a los pocos minutos da a luz, muriendo en el parto. El niño vive unas 4 horas, tiempo durante el cual crece y envejece de forma muy acelerada (de hecho, se supone que muere de viejo). Más adelante, el científico loco protagonista (literal lo de loco, y un personaje que promete) lo explica recurriendo a hormonas de crecimiento y a unos experimentos de hace años.
Bueno, vamos a obviar toda la parte biológica del crecimiento y el envejecimiento, y vamos a centrarnos en una ley física básica: la ley de conservación de la materia, o dicho de otro modo, «la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma». En el episodio, el recién nacido alcanza el tamaño de un ser adulto en pocas horas. Y a menos que pensemos que se quede hueco por dentro para mantenerse en torno a 3 kilos, eso no es posible.
Seamos niños o adultos, tengamos extrañas enfermedades o no, el peso que ganamos es debido a la ingesta de alimentos. Lo que comemos y bebemos tiene tres destinos posibles (ruego me perdonen los médicos, biólogos, nutricionistas y demás, por la simplificación): ser usado como combustible, ser expulsado, o pasar a formar parte de nuestro cuerpo. Podemos considerar nuestro cuerpo como una caja negra donde entran y salen cosas. Si entra más de lo que sale, la diferencia es materia que se queda en nuestro interior (ganamos peso). Si entra menos de lo que sale, estamos perdiendo materia de nuestro propio cuerpo (perdemos peso). Y si entra la misma cantidad que sale, nos mantenemos.
Siendo detallistas, en las entradas y salidas de nuestra caja negra deben incluir el aire que inspiramos y expiramos ¿por qué? Pues porque cuando «quemamos calorías», lo que está haciendo nuestro cuerpo es una reacción química (combustión), en la que átomos de carbono que forman parte de nuestro combustible sin usar, se combinan con átomos de óxigeno proveniente del exterior, para formar dióxido de carbono, que expulsamos al exterior. El aire que soltamos con cada bocanada, pesa un poquito más que el que habíamos inspirado, pues se lleva átomos de carbono que había en nuestro cuerpo (formando parte de moléculas de azúcares y grasas, por ejemplo).
Para ganar 5 kilos de peso en un periodo de tiempo determinado, necesariamente debemos ingerir más de 5 kilos de alimento y líquido durante ese mismo periodo de tiempo. En el caso de la serie, vamos a olvidarnos de la parte de la gestación (que también tendría su aquel), y pongamos que el niño pesa 3 kilos al nacer, y el cadaver pesa unos 40 kg (siendo generosos, ya que el cadaver no parecía ni tan pequeño, ni tan desnutrido). El desdichado personaje habría incrementado su masa corporal unos 37 kg en tan solo 4 horas. Y eso es totalmente imposible a menos que haya ingerido 37 kg de alimento (más, en realidad, ya que parte se destina a la combustión), cosa que ningún personaje dice. Cuando el jefe explica a los protagonistas lo ocurrido, simplemente indica que el bebé crecía a un ritmo que era claramente perceptible por los que estaban ahí, sin hacer mención alguna a que tragara decenas de litros de leche materna.
Contempla el río Amazonas (y otros lugares) desde la Estación Espacial Internacional
La imagen que encabeza esta entrada corresponde al río Amazonas y fue tomada desde la Estación Espacial Internacional (ISS) el 8 de agosto de 2011.
Recordad que la ISS está situada en órbita alrededor de la Tierra, a una altitud de aproximadamente 360 kilómetros, un tipo de órbita terrestre baja. La altura real varía en un cierto plazo por varios kilómetros debido a la fricción atmosférica y a las repetidas propulsiones.
Desde esta altura, si nos vamos un poco más atrás en el tiempo, podemos echar un vistazo a esta espectacular imagen tomada el 12 de junio de 2009: muestra los inicios de una erupción del Volcán Sarychev, ubicado en las islas Kuriles, al noreste de Japón. La imagen fue captada con una cámara digital Nikon D2XS equipada con un lente de 400 mm.
También podéis observar desde una atalaya inmejorable el poder del huracán Ike, el quinto huracán y la novena tormenta tropical de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2008.
Desde aquí podéis contemplar imágenes tomadas por la ISS de diferentes partes de España.
Más imágenes espectaculares en Nasa.
Sitio Oficial | NASA
¿Cuántas horas debemos (y debíamos) trabajar para pagar una hora de luz?
Hay muchas actividades diarias que soy incapaz de hacer a oscuras. No porque me vaya a partir la crisma al no ver algún obstáculo sino porque sencillamente me parece inconcebible. Por ejemplo, soy incapaz de cenar a oscuras: las pocas veces que me he visto obligado a hacerlo creo que estuve al borde de la depresión.
Ahora imaginaos vuestra vida a oscuras, quizá con la única iluminación de una hoguera. En ese sentido, la luz es un pequeño milagro cotidiano que, a pesar de las continuas subidas de precio, cuesta bastante poco. Sobre todo si lo comparamos con otras formas de luz artificial que se procuraban hace unos siglos.
Imaginemos, pues, cuánta luz artificial puede obtenerse con una hora de trabajo a un salario promedio, según cálculos del divulgador Matt Ridley:
-Lámpara de aceite de sésamo (1750 a. C.): 24 horas de luz por hora de trabajo.
-Vela de sebo (1800): 186 horas de luz por hora de trabajo.
-Lámpara de queroseno (1880): 4.400 horas de luz por hora de trabajo.
-Bombilla incandescente (1950): 531.000 horas de luz por hora de trabajo.
-Lámpara fluorescente compacta: 8,4 millones de horas de luz por hora de trabajo.
Es decir, que hoy en día basta con trabajar una hora en un empleo normal para disponer de 300 días de luz artificial para hacer lo que queráis. En el año 1800, sólo tendríais 10 minutos de luz. O dicho de otro modo, si pensamos en un foco fluorescente compacto de 18 vatios, sólo hace falta que trabajéis medio segundo para que pagar una hora de su luz. Medio segundo por una hora.
Con una bombilla incandescente de 1950, sin embargo, hubiese sido necesario que trabajarais 8 segundos para conseguir esa hora de luz. Y si nos vamos a una lámpara de aceite de sésamo en Babilonia en 1750 a. C., entonces deberíais haber trabajado 50 horas para tener una simple hora de luz artificial.
Imaginad cómo evolucionará esto cuando todos usemos diodos emisores de luz (LED), que ya son 10 veces más eficientes que las bombillas incandescentes. Si bien todavía los LED siguen siendo caros, pronto podría cambiar la situación. Por ello no es extraño constatar que el británico promedio, por ejemplo, consume aproximadamente 40.000 veces más luz artificial que en 1750.
Las estadísticas de iluminación citadas anteriormente ni siquiera toman en cuenta la mayor comodidad y limpieza de la luz eléctrica moderna comparada con las velas o el queroseno: el uso de un simple interruptor, la ausencia de humo, el olor y parpadeo, así como la disminución del riesgo de incendio.
Toda una bicoca para alguien que no puede pasar sin la luz.
Vía | El optimista racional de Matt Ridley
Más información | Desenchufados